Si tienes muebles lacados en casa, ya sean brillantes u opacos, te recomendamos que cuides su mantenimiento. Los muebles lacados son hermosos y ofrecen muchas ventajas, pero también son delicados. Con el tiempo, pueden tender a amarillearse o mostrar una desagradable pátina de suciedad.
¡Pero no te preocupes! La limpieza adecuada de una cocina lacada es fácil, aunque requiere un poco de cuidado.
Aquí te damos 6 consejos útiles para limpiar muebles lacados.
1. Limpiar de inmediato
Las manchas, especialmente las típicas de la cocción (grasa, aceite, salpicaduras), pueden adherirse al material de la puerta si se dejan durante mucho tiempo.
2. No realizar una limpieza agresiva
Especialmente ante las manchas que se hayan vuelto «sedimentarias», tenderíamos a utilizar esponjas abrasivas o limpiadores agresivos, esto se debe evitar por completo. Nunca utilizar esponjas abrasivas, lanas de acero, productos corrosivos, amoníaco, lejía, productos ácidos y antisarro.
3. Usar un paño suave
Humedecer un paño suave y que no libere pelusas (preferentemente microfibras o gamuzas) con agua tibia para lavar las superficies con productos específicos para lacados.
4. Cuidado con el alcohol
El alcohol etílico es un removedor de manchas muy efectivo pero agresivo. Solo se puede utilizar para limpiar muebles lacados brillantes (¡nunca mate!) y únicamente diluido en agua tibia. Si no se usa correctamente, el alcohol puede deteriorar el lacado dejando vetas
5. Qué hacer si las manchas persisten
Si la suciedad no quiere desaparecer, recomendamos un uso cuidadoso y moderado de alcohol diluido o productos como el Glassex multiuso sin amoníaco o Vetril. Si después de limpiar los muebles quedan vetas o marcas, significa que no se ha eliminado completamente la suciedad, que se han utilizado productos demasiado agresivos o que el agua tiene mucho sarro. En este caso, se recomienda volver a limpiar la superficie con cuidado y secarla inmediatamente, asegurándose de que el paño de microfibra no contenga restos de limpiador
6. Enjuagar y secar
Una recomendación es enjuagar siempre bien todas las superficies y secarlas inmediatamente, utilizando siempre un paño de microfibra o gamuza. No es aconsejable dejar secar al aire. Cuidado con el paño que se utilice: no debe contener restos de limpiador.
