Las ganas de pasar tiempo al aire libre y el deseo de ligereza en las preparaciones y decoraciones hacen que la mesa de verano se transforme —literalmente— y se colme de distendida alegría.
El ambiente veraniego invade nuestros días y trae un soplo de aire fresco a nuestras casas y, gracias a la gran versatilidad de líneas y materiales que ofrece la gama Arredo3, estos meses las mesas y sillas suelen pasar de la cocina y el comedor a las terrazas y los jardines.
Incluso dentro de la sencillez que la distingue, la mesa de verano no deja nada al azar: se viste de materiales y colores que nos vuelven a conectar con la naturaleza creando un estilo elegante, aunque siempre informal y ligero.
En el centro de la mesa colocamos una composición de plantas aromáticas enriquecida con frutas de temporada, de vivos colores y deliciosos aromas, que también podremos disfrutar como postre. Las velas aportan estilo y crean una atmósfera más íntima en los aperitivos al atardecer o las cenas: podemos ubicarlas en diferentes lugares de la habitación o al aire libre y así conseguir un resultado de gran impacto visual y gran funcionalidad, especialmente si elegimos las de citronela.
Los colores de la mise en place se funden con el paisaje circundante: el beige, el crema y el marrón son ideales para los tejidos de los manteles o los manteles individuales más informales, preferiblemente de fibras naturales como el algodón o el lino. Los platos de cerámica blanca se confirman una vez más como la opción más clásica y elegante, perfectos para equilibrar los toques de color reservados para las copas, los bajoplatos e incluso elementos de decoración como los cojines: los tonos azules y celestes son ideales en los lugares con mar, mientras que el verde y el amarillo aportan alegría a las mesas campestres y los tonos morados crean un ambiente étnico e insólito.
